QUINTO CHAKRA: VISHUDDHA - CHAKRA DE LA GARGANTA
- Astrid Roman G
- 18 ago
- 8 Min. de lectura

Nombre en Sánscrito VISHUDDHA
Nombre en español MUY PURO
Intención TRANSPARENCIA Y CLARIDAD
Color AZUL CLARO
Ubicación GARGANTA Y CUELLO
Glándula TIROIDES
Elemento ÉTER
Asociaciones Expresión auténtica del ser, capacidad de reconocer el sonido primordial: nada. Lo interno se proyecta al mundo y lo externo se integra hacia dentro a través de la escucha.
Patrones de desconexión Problemas de garganta, mandíbula o cuello. Expresión distorsionada, exceso de palabras. Voz tímida o demasiado impositiva.
Integración consciente Escucha interna y externa sin juicios ni predisposición, permitiendo que la expresión sea un canal claro de lo que ES. El sonido y el silencio se integran.
Mantra “HAM”
Animal de poder Elefante blanco con siete trompas.
Si estás entrando al blog por primera vez, te invito a ver la serie de Chakras, donde explico qué son y lo que significan a grandes rasgos. Al poner atención en ellos, se muestra nuestro estado de conciencia y cómo la energía se expresa en cada aspecto de nuestras vidas.
Hoy por ejemplo, nos enfocamos en Vishuddha Chakra, el chakra laríngeo o de la garganta, uno de los centros que más me ha fascinado porque me encanta la expresión, pero donde también me di cuenta que tenía distorsiones por miedos, conductas aprendidas y huellas ancestrales.
En la cosmología yóguica el oído es el órgano de los sentidos que capta las vibraciones en el éter. Como siempre se dice, una cosa es oír, pero escuchar de verdad significa integrar y comprender lo que llega.
Algo interesante es que todos los chakras se están expresando siempre a través del cuerpo, las emociones, la intuición o el instinto, pero Vishuddha toma toda esa data y la expresa hacia afuera a través de la voz, gestos o como vibración.
En mi experiencia personal, la comunicación siempre ha estado muy influenciada por mis condicionamientos. Una vez que construimos una imagen ideal de cómo queremos mostrarnos al mundo, cómo queremos que nos vean los demás, especialmente las personas que nos agradan o aquellos a quienes admiramos, la expresión se distorsiona un montón. Porque claro, queremos sostener esa identidad, esa imagen, el ego.
Ya me había dado cuenta de que solía mentir, exagerar, callar o cambiar la información para mostrar una imagen construida. Pero el día que más evidente se hizo para mí el condicionamiento compulsivo fue cuando estaba en el supermercado, y me cruzo con un buen amigo yogui, y jugando me dice: “a ver qué llevas ahí?”, revisando mis compras. Al ver el pan, me dice bromeando: “ajá, conque comiendo pan!” Ese comentario se sintió probablemente como una amenaza de “voy a ser excluida del clan” porque mi respuesta automática fue: “no es mío!”.
Me sentí tan mal que más tarde me disculpé con él y le dije: “siento mucho haber dicho eso que no era cierto, el pan era mío, pero no sé por qué me dió tanta vergüenza”. Me sentí juzgada, y esa interpretación y lo que suponía que creía él de mí hizo que tratara de manipular la realidad, y encajar en lo que creía que necesitaba que fuera.
Ese año comencé a estar atenta a todas y cada una de esas tendencias. Incluso hice una lista que hoy le pido que hagan a quienes vienen a la consulta cuando trabajamos la autenticidad e integramos las sombras. Pregúntate, ¿Qué decisiones has tomado en tu vida para encajar? La música que escuchaste alguna vez, la manera de vestir, la manera de hablar, las opiniones políticas, los gustos y preferencias, etc. Estoy segura que encontrarás un montón de cosas que hiciste y que sigues haciendo porque alguien más las hacía. Es una función biológica de adaptación arraigada en todos.
Es un miedo a que si nos mostramos como auténticamente somos vamos a ser rechazados. Lo cual es probable que suceda, si comenzamos a ser transparentes frente a quienes sostuvimos una imagen que no es real, probablemente se alejarán. Esas personas estaban cerca justamente porque conocieron una versión construida, adaptada para ellos. Ser auténticos tendrá cierto costo, pero vale el esfuerzo.
Ya sea que nuestra comunicación y expresión estén influenciadas por nuestra interpretación condicionada o proyecten la verdad del momento, ambas parten del mismo campo de conciencia, el tema es que tienen efectos distintos en nuestra experiencia. O nos mantienen en la ilusión de separación o nos liberan.

TRANSPARENCIA Y PURIFICACIÓN INTERNA
Vishuddha significa “muy puro” y está asociado al akasha, el éter o espacio. El éter no es un elemento material como los otros, es el campo de potencial y resonancia. Su característica es ser abierto, sutil y receptivo, el medio donde todo existe y se comunica.
El Kularnava Tantra dice que a través de la concentración en Vishuddha uno se vuelve transparente como el éter, permitiendo que el SER se exprese sin velos. Entendiendo que el SER siempre se está expresando a través de nosotros, pero, como en mi caso del supermercado, estaba filtrado por las memorias y condicionamientos.
No importa tanto si podemos o no reconocer qué originó el condicionamiento. Ya sea una forma instintiva o genética de adaptación social o una conducta aprendida, si lo podemos ver hoy, tenemos la opción de discernir si se alinea con el ser auténtico y hacerlo diferente.
Para que este chakra sea transparente debe haber claridad en el canal de transmisión, lo que no quiere decir que siempre se exprese algo agradable o bonito. Es un mensaje que no está distorsionado por agendas ocultas, miedo al juicio, mentiras o manipulación. Es como un instrumento afinado, que suena limpio aunque toque una melodía suave o fuerte.
A veces creemos que somos transparentes porque soltamos todo lo que pensamos sin filtro. Pero por lo general solo estamos descargando juicios y opiniones coloreadas por el pasado. Por ejemplo una persona se siente herida porque su relación se acabó y le dice a su expareja: “Me arrepiento de haberte dado tantos años, cómo vas a dejar que esto se acabe después de todo lo que he hecho por ti?”
La mente usa expectativas y quizás promesas del pasado para darle forma a lo que está sintiendo ahora y protegerse. Lo que se expresaría auténticamente si no hubiera carga del pasado sería: “me duele que ya no estemos juntos, siento mucha tristeza, siento miedo”, pero solo se muestra la rabia como reproche y ataque. Mientras no se digiera la tristeza subyacente, se quedará en frustración porque la realidad no es como quiere y resentimiento, al responsabilizar al otro por su insatisfacción. Igual válidas, pero se queda un montón por procesar aún.
Podemos compartir los pensamientos, porque eso también está presente en el momento, pero reconociendo que no es la verdad absoluta y están condicionados por lo que se esperaba que fuera y no por lo que está siendo. Algo como: “estoy interpretando esta situación como si no hubiera valido la pena todo lo que vivimos y me hubieras fallado; me siento frustrado porque esperaba pasar toda mi vida contigo, me siento triste por la pérdida de la relación, me duele y me da miedo el vacío que deja.”
Cuando expresamos las emociones no lo hacemos para lastimar ni para agradar. No quiere decir que eso no suceda, pero no hay una intención detrás. Uno debe ser muy honesto para reconocer qué es lo que realmente está gobernando lo que expresamos, si buscamos manipular para mover la realidad a nuestra conveniencia o proyectar una imagen específica.
Lo importante es que el SER no deja de expresarse, el SER siempre es. Aunque lo que expresemos esté velado por condicionamientos y tendencias, sigue siendo del SER. El instrumento sigue sonando, solo que un tanto desafinado.
Cuando afinamos el instrumento la escucha se vuelve muy receptiva, y nos deja ver la realidad más allá de las palabras, como cuando hablas con alguien por teléfono y te dice “estoy bien”, pero percibes en la vibración de su voz que no es así. Dejamos de lado las interpretaciones subjetivas y prejuicios, escuchamos sin necesidad de decir algo todo el tiempo, por lo que también entendemos que cuando alguien está callado no significa que algo pasa. El silencio no se vuelve incómodo.
Este tipo de comunicación requiere que la mente esté lo suficientemente silenciosa para que el prana fluya sin bloqueos entre Anahata y Ajna, el corazón y la mente. En el caso anterior, aunque la persona esté herida y sienta tristeza por la ruptura, puede escuchar al otro con el corazón abierto aunque duela. Es abrirse a la experiencia del momento sin juicio.
Cuando no estamos presentes, la inercia se apodera y nos dejamos llevar por las tendencias predominantes en nosotros. Solemos responder de la misma manera, sin conectar con lo que nos pide el momento. Vamos como en automático, sin escuchar realmente al otro, interrumpiendo las conversaciones, malinterpretando los mensajes, juzgando mientras el otro habla, reaccionando a la defensiva, manipulando la información o asentando a todo para agradar.
En estos casos, ¿Quiere decir que el chakra de la garganta está “bloqueado”?
Pues no propiamente. Lo que pasa es que nuestra atención pudiera estar enganchada en hábitos y reacciones viejas y la experiencia se desvía de lo que hubiera sido de no haber metido los filtros. Visto desde la no dualidad el SER nunca se bloquea, el SER es.
En Tantra se habla de las 5 acciones cósmicas de Shiva o panchakrtya:
1) Srsti - Creación,
2) Sthiti - Preservación,
3) Samhara - Disolución,
4) Tirobhava - Ocultamiento y
5) Anugraha - Gracia o revelación.
Shiva tiene cinco movimientos que son el pulso de la vida, que se da una y otra vez, con todo. Primero crea, después sostiene lo creado, luego lo transforma o lo disuelve, también se oculta para jugar a olvidarse de quién es, y también se autorevela.
Por ejemplo, la situación con mi amigo en el supermercado se vería como: la conciencia crea un encuentro/conversación, lo sostiene y luego lo disuelve. El ocultamiento se da cuando respondo con una mentira desde el samskara, el patrón de defensa que dice, “me van a excluir si soy sincera”.
La revelación se da al darme cuenta que mi expresión está condicionada, que no es auténtica. En ese momento la gracia se revela. Le hubiera podido decir en ese mismo momento, “mentira, sí es mío, amo el pan!”, pero la gracia se reveló después, y esa misma gracia me llevó a ser vulnerable y disculparme con él.
Porque esa vibración de no autenticidad nos afecta a ambos en el plano relativo. Tanto el ocultamiento como la revelación individual tienen un efecto en el colectivo. Le doy la oportunidad a él de no quedarse con esa impresión quizás amarga y de darse cuenta de la verdad: todos somos parte de la misma danza de ocultamiento y revelación.
El SER busca expresarse con transparencia y nuestra mente, por inercia, costumbre o protección, puede cambiar esa expresión auténtica reflejando otra cosa distinta. Esa expresión, que no es la expresión pura, no afecta a la conciencia misma, pero sí tiende a dejarnos en la zona conocida, eventualmente generando sufrimiento, tanto a nosotros mismos como a nuestro entorno.
Si las reconocemos cada vez que se producen, estas tendencias en automático se pueden ir disolviendo en el campo de la conciencia. Prácticas como el Dzogchen tienen este enfoque de disolución espontánea.
Observa como el pensamiento o creencia surge, se sostiene y luego se disuelve de nuevo en el campo de la conciencia. Si te crees el pensamiento o te identificas con la emoción, es la conciencia jugando a esconderse, si te das cuenta del juego, recibes la gracia como una revelación de la verdad. Es la danza de Shiva, sucede en la cosmología y en la interacción diaria. Mantente atento!
Om Namah Shivaya
Mucho amor,
Astrid 🌬️🤍🕊️✨
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